sábado, 24 de abril de 2010

¿Qué esperar de su vecino adventista del séptimo día, o, algunas respuestas a preguntas frecuentes.


Son las 9:00 a.m. el sábado, y sus vecinos acaban de salir por la puerta de enfrente de sus casas, vestidos como si fueran para un concierto sinfónico. ¡Pero dos de ellos llevan la Biblia! Probablemente sus vecinos son adventistas del séptimo día, y van camino a la iglesia para el servicio de adoración del sábado por la mañana. Eso significa que usted está involucrado en lo que será una relación muy especial, una amistad marcada por amabilidad, franqueza y honestidad –una amistad que bien podría enriquecer su vida.

Usted encontrará que sus amigos adventistas están muy comprometidos con algunas creencias específicas acerca de Dios, y su relación Dios con la gente. Ellos estarán genuinamente preocupados acerca de las necesidades de otros, e interesados en enriquecer la comunidad donde usted vive. Si usted los observa en su lugar de trabajo, dentro de sus familias y en su iglesia, ellos estarán involucrados en muchas actividades.

Observe a sus vecinos de cerca, y probablemente notará, al menos, lo siguiente:

  • Su amor por Dios está por encima de todo lo demás en sus vidas.
  • Adoran los sábados, en lugar de los viernes o los domingos.
  • No habrá latas de cerveza ni botellas de vino en su cesto de basura.
  • Ellos valoran su salud.
  • Se muestran optimistas y amigables.
  • Trabajan duro para lograr que la comunidad se vea grandiosa.
  • Quieren escuchar qué hace que usted y su familia sean felices.

Pronto, usted descubrirá que sus vecinos le aceptan a usted genuinamente, y gustan de usted así como es. Ellos comparten su amistad a través de la cerca del jardín trasero en su casa, en la plaza de mercado y en la parada del bus. Usted verá sonrisas que vienen de una profunda paz –aun en medio del caos. Correcto, “caos”. Sus vecinos adventistas son justamente como usted. Ellos experimentan las mismas causas de estrés, los mismos desastres que golpean a todos los demás en el vecindario. Pero usted notará una diferencia en la manera como ellos responden a los desafíos. Tienen una profunda paz interior que les permite mirar al enemigo a los ojos, y sonreír. Miran mucho más allá de las dificultades de la actualidad, miran la certeza del futuro. ¡Y porque ya conocen el porvenir, se sienten cómodos con la victoria final!

Paz, una sólida satisfacción interior; ésta es una característica personal de los adventistas del séptimo día realmente comprometidos. Muchos pilotos aliados vieron esa paz en las vidas de los isleños adventistas de Fiji, quienes les rescataron de la jungla durante la Segunda Guerra Mundial. Residentes de Florida, Irán, Las Filipinas, Somalia, y miles de otros lugares han visto esa paz. Esa paz se mostró en las vidas de los obreros adventistas de beneficencia que les ayudaron a “salir del problema y comenzar de nuevo”, después de terremotos, tornados, incendios, inundaciones y otros desastres.

El vecindario donde usted vive, verá esta paz en las vidas de sus amigos adventistas, aún cuando la fuente de bienestar parezca secarse, o un árbol caiga sobre la casa, o cuando se roben el carro del parqueadero. Esta paz no es una actitud descuidada y arrogante, como quien dice: “¡No me importa nada!”. Es la paz intensa que viene de conocer que Dios ya ganó la batalla entre el bien y el mal; que cualquier cosa que suceda aquí es como “nada”, si se compara con el gozo de vivir para siempre en el cielo con Dios.

¿Tristeza? Sí, esa también es una emoción adventista, pero ellos creen que el amor de Dios conforta a quienes sufren.

¿Dolor? Sí, los adventistas sienten dolor. Su estilo de vida saludable  les permite vivir más que los demás –tal como los estudios hechos acerca de los adventistas en Estados Unidos lo han demostrado. Pero a los adventistas también se les quiebran los miembros, pueden contraer cáncer, caerse de las bicicletas y perder a sus seres queridos. Pero el dolor, aún en su peor momento, está siempre acompañado del amor sanador de Dios.
¿Ira? Sí. Aún la ira se ve en las vidas de los adventistas. Recuerde que ellos son gente normal tratando de vivir con Dios en un planeta caótico. Pero Dios es lo suficientemente bueno, como para proveer el poder calmante de su amor, en cada situación de ira. Aún ahí, el resultado es paz.

La alabanza, un entusiasmo intenso por agradecer a Dios por todo lo que Él está haciendo en nuestras vidas, es otro rasgo visible en los adventistas del séptimo día. Si usted se detiene en el hogar de sus vecinos a la hora del desayuno, probablemente encontrará a alguien orando y leyendo un pensamiento para el día, de un libro de la Biblia, mientras los demás comen su desayuno. A menudo las tardes incluyen un momento de gratitud hacia Dios por el buen día, una lectura de la Biblia y oración. En muchas noches de viernes y miércoles, sus vecinos participarán en clases bíblicas, conferencias religiosas públicas, o actividades especiales para los jóvenes y los niños en su iglesia. El sábado por la mañana, toda la familia se unirá con otros miembros de iglesia para la Escuela Sabática y un servicio de adoración corporativo. No se sorprenda si sus vecinos le invitan a unirse a ellos en una o más de estas actividades.

La Escuela Sabática es como la Escuela Dominical.  Es un periodo de una hora alabando a Dios a través de la música, la oración, historias misioneras y estudio bíblico en pequeños grupos. Durante ese tiempo, hay clases separadas para niños agrupados de acuerdo con sus edades y para adultos con variados intereses y conocimiento de la Escritura.  La música y el compañerismo son centrales en cada programa de Escuela Sabática. Usted encontrará que la Escuela Sabática es un “tiempo agradable” para compartir con otros y con Dios.

El servicio corporativo de adoración, o “Servicio Divino”, es un periodo más formal de adoración y alabanza.  Durante esta hora usted escuchará un sermón práctico, fundamentado en la Biblia, diseñado para ayudarle a conocer a Dios más claramente y para proveerle a usted de fortaleza para vivir como cristianos durante la semana.  El servicio religioso también incluye música de adoración, oraciones personales y públicas, y una oportunidad para devolver el diezmo (el 10 por ciento de los ingresos) y ofrendas de agradecimiento al Señor.  Durante el periodo de oración, los líderes del servicio divino le darán a usted una oportunidad para compartir sus necesidades o pedidos personales, de modo que éstos puedan ser incluidos en la oración congregacional.

Los estilos de adoración  adventistas del séptimo día difieren significativamente.  Algunas congregaciones desarrollan el servicio de adoración público de una manera bastante formal, a menudo cantando los himnos y otras melodías religiosas acompañadas por un órgano y piano acústico.  La adoración en algunas otras congregaciones es mucho más flexible, e incluye música de adoración acompañada por guitarras o incluso una pequeña banda.  Incluso otros reflejan la herencia cultural de la congregación y pueden incluir exuberantes expresiones de alabanza. Pídales a sus vecinos que le describan cómo adora su congregación, de modo que usted pueda saber qué esperar cuando acepte una invitación para acompañarlos.  Cualquiera sea el estilo de adoración, todas las congregaciones adventistas alaban al mismo Dios eterno que nos da motivos para alabarle.

El sentido de propósito, un profundo compromiso para cumplir objetivos específicos, es también un rasgo personal de los adventistas del séptimo día.  Nosotros no estamos aquí simplemente para levantarnos, ir al trabajo y regresar a casa.  Hemos aceptado el desafío de Cristo, de modo que funcionamos como embajadores del Creador.  ¡Nuestro propósito es representar a Dios tan claramente que usted pueda encontrar que su amor es irresistible!

Usted verá ese propósito cuando su amigo adventista le hable acerca de su hijo, quien va como estudiante misionero para ayudar a construir una iglesia.  También verá ese propósito en las muchas noches cuando sus vecinos van a la iglesia en vez de quedarse en casa y ver televisión. Lo sentirá en su compromiso visible con una vida saludable, la protección de la vida, el cuidado de la tierra y el desarrollo de amistades con sus vecinos. Los adventistas son una comunidad con propósito, ocupada en cumplir una misión que dura toda la vida.  Esa misión viene de las palabras de Jesucristo mismo: “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que obedezcan todo lo que yo os he mandado” (Mateo 28:19,20).

Los adventistas creen que Jesucristo viene pronto para llevar a todos sus seguidores a casa, al mundo eterno en el cielo.  Por cuanto Cristo ha pedido a sus seguidores que “vayan y enseñen”, los adventistas comparten intencionalmente las buenas nuevas de Cristo con todos  aquellos con quienes pueden encontrarse – ¡Especialmente sus vecinos!

Paz, alabanza  y propósito.  Todo esto resulta en un excepcional poder para vivir, una energía interna que es el resultado de haberse rendido a Jesús.  Usted verá esto como un poder que fluye de Dios a través de su vecino adventista, hacia usted. Esa es nuestra más grandiosa esperanza como adventistas.

También esperamos que usted vea en nosotros el poder, el propósito y la paz que Dios ofrece para cada ser humano.  Aún más, esperamos que usted encuentre estas cosas tan atractivas que decida aceptar a Jesucristo como su salvador personal.  ¿Se unirá usted a nosotros en esta aventura de por vida llamada cristianismo?

VISITE NUESTRA IGLESIA!!  TODOS LOS SABADOS A LAS 9:00 A.M.
A la Derecha de la Academia.